CRECIMIENTO CRISTIANO

"Mas creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo"
( 2 Pedro 3:18 )
Para llegar a ser hijos de Dios primero tenemos que realizar un cambio muy importante en nosotros.
"Respondió Jesús y dijo:
De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo,
no puede ver el reino de Dios"
( Juan 3:3 )

"Elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sea multiplicadas"
( 2 Pedro 1:2 )
Vemos que la gracia es un don que Dios nos da inmerecidamente guardandonos por su poder por medio de nuestra fe y obediencia en Dios.
"Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos,
para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros,
que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero.
En el cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas,
para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo,
a quien amáis sin haberle visto en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso;
obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas"
( 1 Pedro 1:3 al 9 )

Nos salvamos al subir por los escalones teniendo en la mira a Jesucristo, aferrándonos a nuestro Señor y Salvador cada escalón nos llevará hasta Cristo que nos dará:
Sabiduría, Justificación, Santificación, Redención, Fe, Virtud, Ciencia, Templanza, Paciencia, Temor de Dios, Amor fraternal y Caridad.
Todo esto se manifestará en nuestro carácter si aferrados a Cristo subimos la escalera que nos llevar al trono de Dios.
Que Dios nos bendiga, nos guarde e ilumine.
Juan Manuel
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