La Lucha entre el Bien y el Mal
Un Análisis del Carácter de Dios
y el Propósito Divino
Cuando hablamos del bien y del mal, es fundamental comprender que estamos abordando cuestiones de honra y honor, aspectos intrínsecos al carácter de Dios.
Desde tiempos inmemoriales, el diablo ha lanzado acusaciones infundadas, presentando a Dios como un ser injusto y autoritario, un tirano que envía rayos para destruir a quienes se oponen a Él.
Sin embargo, este retrato distorsionado de la divinidad no es más que una estrategia de engaño, diseñada para desviar nuestra atención del verdadero carácter de Dios y de Su propósito en la creación.
La Decisión Divina
Es crucial comprender que Dios no destruyó a Satanás en el principio, y esta decisión tiene profundas implicaciones para la humanidad.
En lugar de eliminar inmediatamente al adversario, Dios optó por permitir su existencia en un mundo que Él mismo había creado.
¿Por qué?
La respuesta la encontramos en la Escritura.
En **Génesis 1:26-27**, Dios dice: "Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza".
Este pasaje nos revela que la humanidad fue creada con libre albedrío, la capacidad de elegir entre el bien y el mal.
La existencia del mal, por lo tanto, es un componente necesario para que se manifieste nuestra libertad.
Si Dios hubiera eliminado la posibilidad del mal desde el principio, habría anulado nuestra capacidad de elegir, y por ende, nuestra capacidad de amarlo genuinamente.
La Acusación de Satanás
El diablo ha intentado desfigurar la imagen de Dios, presentándolo como un ser caprichoso que actúa sin justicia.
En **Job 1:6-12**, encontramos un ejemplo de cómo Satanás se presenta ante Dios y lo acusa de proteger a Job, sugiriendo que su obediencia es solo una cuestión de conveniencia.
Este pasaje ilustra el conflicto que se presenta entre la verdad divina y las mentiras que el enemigo propaga.
Dios permite que este diálogo tenga lugar no porque esté preocupado por su honor, sino porque desea mostrar a la humanidad Su justicia y amor.
En **Romanos 3:4**, se nos recuerda que “Dios es veraz, y todo hombre es mentiroso”.
A través de cada acusación, Dios se presenta a sí mismo como la verdad absoluta, y el mal, aunque real, no tiene poder frente a Su gloria.
El Mal en la Tierra
Un Propósito Divino
La existencia del mal ha desatado un torrente de sufrimiento en el mundo.
Sin embargo, este sufrimiento no es en vano.
En **Romanos 8:28**, se nos asegura que “todas las cosas ayudan a bien a los que aman a Dios”.
Dios utiliza las circunstancias adversas para moldear nuestro carácter y acercarnos más a Él.
A través de la adversidad, desarrollamos la paciencia, la fe y la esperanza.
La historia de José en **Génesis 50:20** es un claro ejemplo de cómo Dios puede convertir el mal en un bien mayor.
A pesar de ser vendido como esclavo por sus propios hermanos y enfrentar múltiples injusticias, José finalmente pudo reconocer que lo que sus hermanos intentaron para mal, Dios lo había utilizado para salvar a muchas personas.
Aquí vemos el poder redentor de Dios en acción, transformando el mal en una oportunidad para Su gloria.
Cristo
La Respuesta a la Injusticia
La llegada de Cristo al mundo es la respuesta definitiva a la injusticia y al sufrimiento.
En **Juan 3:16**, se nos dice que “Dios amó tanto al mundo que dio a su Hijo unigénito”.
A través de Su sacrificio, Cristo no solo derrotó al pecado, sino que también nos mostró el verdadero carácter de Dios: un Dios que ama, perdona y redime.
La cruz es el símbolo más poderoso de la lucha entre el bien y el mal.
Mientras Satanás pensaba haber ganado al crucificar a Jesús, Dios utilizó esa misma crucifixión para ofrecer salvación a toda la humanidad.
En **1 Corintios 15:55**, se declara:
“¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?
¿Dónde está, oh sepulcro, tu victoria?”.
La resurrección de Cristo es la proclamación de que el bien ha triunfado sobre el mal.
La Llamada a la Acción
Como cristianos, estamos llamados a ser embajadores del reino de Dios en un mundo lleno de maldad.
En **Mateo 5:14**, se nos dice que somos la luz del mundo.
Nuestras acciones, palabras y decisiones deben reflejar el carácter de nuestro Creador.
Al vivir en integridad y amor, somos un testimonio del poder transformador de Dios.
Ahora, más que nunca, es esencial que nos unamos en oración y acción para combatir el mal que nos rodea.
La comunidad cristiana tiene un papel vital en promover la justicia, la compasión y el amor en un mundo que desesperadamente necesita esperanza.
Al hacerlo, no solo honramos a Dios, sino que también cumplimos con nuestra misión de ser luz en la oscuridad.
Reflexiones Finales
La lucha entre el bien y el mal es real y significativa.
Sin embargo, es crucial recordar que, aunque el mal puede parecer poderoso, nunca será más grande que el amor y la justicia de Dios.
A medida que enfrentamos nuestras propias batallas, podemos confiar en que Dios está en control, y que, al final, Su propósito prevalecerá.
Te invito a compartir tus pensamientos y experiencias sobre este tema.
¿Cómo has visto la mano de Dios en medio del mal?
¿De qué manera has experimentado Su amor y justicia en tu vida?
Tu voz es importante y puede ser una fuente de aliento para otros.
¡Hablemos sobre esto y fortalezcamos nuestra fe juntos!
Recuerda, en este viaje espiritual, no estamos solos.
Juntos, como comunidad de creyentes, podemos enfrentar el mal con la certeza de que Dios es más grande que cualquier adversidad.
¡Mantengamos nuestra fe en Él, y sigamos adelante, sabiendo que el bien triunfará al final!
Juan Manuel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario