La verdad que puede cambiar tu vida hoy
¿Alguna vez te has preguntado si realmente estás viviendo como un verdadero cristiano? Muchos hoy en día llevan el título, pero en su corazón y en su forma de actuar, parecen desconocer quién es Cristo realmente.
La pregunta poderosa que debemos hacernos es: ¿Somos cristianos solo de nombre o estamos viviendo una vida transformada por Jesús?
La diferencia es abismal, y el momento de decidir es ahora.
El llamado urgente a vivir conforme a Cristo
¿Qué significa realmente ser cristiano?
Ser cristiano no es solo aceptar una religión o asistir a la iglesia los Sábados o los domingos.
Es un compromiso profundo, un cambio de vida radical que refleja en cada acción, palabra y pensamiento la huella de Jesús.
La Biblia nos recuerda con claridad:
“Si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2 Corintios 5:17).
Este versículo no es solo una expresión bonita, sino una verdad poderosa que debe impactar cada rincón de nuestra existencia.
¿Por qué muchos se llaman cristianos, pero viven como si nunca hubieran conocido a Cristo?
La respuesta radica en la superficialidad de muchas religiones y en una fe que no ha sido verdaderamente transformada.
La religión sin transformación es como un árbol sin raíces: puede tener una apariencia externa, pero carece de vida verdadera.
La falta de una relación auténtica con Cristo genera una fe de apariencia, una religiosidad que solo se manifiesta en rituales y palabras, pero no en acciones ni en la transformación del carácter.
¿Es válido decir: “Soy así, es mi naturaleza, y tengo derecho a comportarme así”?
Esta excusa, aunque común, no tiene respaldo bíblico ni conduce a la verdadera libertad que Cristo ofrece.
La Palabra de Dios nos enseña claramente:
“Por tanto, si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”.
No podemos justificar nuestro comportamiento en nuestra naturaleza caída, porque en Cristo somos nuevas criaturas, con una nueva naturaleza, capacitados para vivir en santidad y en victoria.
El poder de la mente y las
palabras en la vida cristiana
A través del coaching de vida cristiana y principios de Programación Neurolingüística (PNL), entendemos que nuestros pensamientos moldean nuestras decisiones y nuestro destino. Si repetimos constantemente que no podemos cambiar, estamos reforzando una mentira.
La buena noticia es que en Cristo podemos renovar nuestra mente y cambiar nuestro carácter.
La Biblia nos anima:
“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4:13).
Cuando alineamos nuestras palabras con la verdad de Dios, nuestra mente se transforma, y nuestra conducta también.
¿Vivir para el placer momentáneo o para la eternidad?
Jesús nos advierte con autoridad:
“¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si pierde su alma?” (Mateo 16:26).
La vida en este mundo es pasajera, efímera, y todo lo que buscamos por placer o por éxito material no tiene comparación con la eternidad. La verdadera vida cristiana implica renunciar a los placeres temporales y enfocarnos en construir un legado eterno, en vivir para la gloria de Dios y para la salvación de nuestras almas.
El verdadero cristiano vive como Cristo
No porque sea perfecto, sino porque ha decidido seguir a Jesús con todo su corazón.
La vida cristiana auténtica exige negarse a uno mismo, tomar la cruz cada día y vivir en obediencia a la Palabra.
Jesús prometió una vida en abundancia para quien decide seguirlo de verdad.
No una vida sin problemas, sino una vida llena de propósito, paz y victoria en medio de las dificultades.
¡Es hora de una decisión radical!
Hoy puede ser el día en que decidas renovar tu mente, rendir tu corazón y vivir como un verdadero hijo de Dios.
No te conformes con una religión superficial o con una vida que no refleja a Cristo.
La verdadera fe transforma, libera y llena de propósito cada día de tu existencia.
Sé luz en medio de la oscuridad
En un mundo lleno de incertidumbre, violencia y oscuridad espiritual, tú puedes marcar la diferencia.
Sé luz, sé ejemplo, sé testimonio vivo del amor de Cristo.
La verdadera identidad del cristiano se refleja en su testimonio, en su conducta y en su impacto en los demás.
No seas solo cristiano de nombre,
sé cristiano de corazón y de acción
La diferencia entre un cristiano de nombre y uno de verdadera transformación es la evidencia en su vida diaria.
La fe sin obras está muerta (Santiago 2:17).
Por eso, hoy es el momento de actuar, de cambiar, de comprometerse con una vida que refleje a Cristo en cada decisión, en cada palabra y en cada acción.
En conclusión
No seas solo cristiano de nombre.
La verdadera fe requiere una transformación radical. Vive conforme a Cristo, renueva tu mente, y sé la luz que impacta a tu entorno.
La eternidad te espera, y tu vida puede ser un testimonio poderoso del amor y la gracia de Dios.
Hoy es el día para tomar esa decisión que cambiará tu destino y te llevará a vivir la vida abundante que Jesús prometió.
Juan Manuel
Que esta inspiración te motive a dar el paso decisivo hacia una vida auténtica en Cristo.
¡No esperes más!
La transformación comienza hoy.
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