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martes, 13 de febrero de 2024

RECONOCIENDO EL GRAN DÍA

 ¡Queridos hermanos y hermanas en Cristo!      

Hoy me uno a ustedes con un mensaje de esperanza y amor, recordándoles la importancia de reconocer los tiempos en los que vivimos. 

Estamos experimentando señales que nos acercan cada vez más a la segunda venida de nuestro amado Señor Jesucristo por su pueblo escogido. 

Es crucial que estemos preparados y atentos a estas señales, para que podamos recibirlo con gozo y ser encontrados dignos en aquel día glorioso.

La Biblia nos revela claramente que la segunda venida de Cristo será un evento apoteósico, lleno de majestuosidad y gloria. Mateo 24:27 nos dice: 

"Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre". 

Esta descripción nos habla de una manifestación repentina y asombrosa del Señor Jesús, que no podremos ignorar.

Además, múltiples señales nos advierten y nos preparan para este evento trascendental. 

Nuestro Señor Jesús mencionó algunas de estas señales en su discurso profético en Mateo 24 y Lucas 21. 

Entre ellas, nos habló de falsos cristos y falsos profetas que se levantarían engañando a muchos, de guerras y rumores de guerras, de enfermedades y pestes, de terremotos y desastres naturales, y del aumento de la maldad en el mundo.

Cuando observamos detenidamente nuestro contexto actual, no podemos negar que estas señales están ocurriendo en todo el mundo.

 El surgimiento de falsas doctrinas y líderes engañosos que pervierten la Palabra de Dios, la guerra y la violencia que prevalecen en muchas regiones, la propagación de enfermedades incurables y epidemias a gran escala, los terremotos devastadores y las catástrofes naturales, y la creciente inmoralidad y maldad en la sociedad son solo algunas de las muestras innegables de los tiempos en los que vivimos.

Es fácil caer en la desesperanza o el desánimo cuando enfrentamos estas realidades. Sin embargo, debemos recordar las palabras de nuestro Salvador en Lucas 21:28: 

"Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca".

En lugar de temer o desesperarnos, debemos regocijarnos en la certeza de que estamos viviendo en una época muy especial, una época que nos acerca cada vez más al cumplimiento de las promesas de Dios. En Isaías 43:10, Dios dice: 

"Vosotros sois mis testigos". 

Como pueblo escogido por Dios, estamos llamados a ser testigos vivientes de su amor y su verdad en medio de un mundo turbulento y lleno de incertidumbre.

Entonces, ¿cómo nos preparamos para este día tan esperado? Primero y ante todo, debemos vivir una vida de comunión diaria con nuestro Señor Jesús. 

Alentémonos unos a otros a profundizar en la lectura y estudio de la Palabra de Dios, a orar fervientemente y a buscar su dirección en todas nuestras decisiones. 

En Efesios 6:10-18, Pablo nos exhorta a revestirnos de toda la armadura de Dios, para poder resistir los ataques del enemigo y permanecer firmes en la fe.

Además, debemos ser valientes y audaces en nuestra proclamación del evangelio. Hechos 1:8 nos dice: 

"Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos". 

No podemos guardar para nosotros mismos la gran noticia de salvación que hemos recibido. 

Debemos compartir el mensaje de esperanza y perdón que solo se encuentra en Jesús, para que muchos puedan ser salvos antes de su segunda venida.

En el camino de la preparación, también debemos cuidar y fortalecer nuestra comunidad de fe. La iglesia es el cuerpo de Cristo en la tierra, y es en ella donde encontramos compañerismo, apoyo y aliento mutuo. Debemos animarnos unos a otros a mantenernos firmes en la fe, a edificarnos en amor y a no dejar de congregarnos.

Queridos hermanos, estamos viviendo en un tiempo crucial de la historia. 

La segunda venida de nuestro Señor Jesucristo se acerca rápidamente, y debemos estar preparados. 

Reconozcamos las señales del tiempo que nos indican que su regreso está cerca, y vivamos una vida de obediencia y sacrificio. 

Estemos alerta y vigilantes, como nos dice Lucas 21:36: 

"Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre".

Que el Señor nos guíe y nos fortalezca en este tiempo de espera y preparación. Que podamos ser hallados fieles y dignos cuando el Señor venga. 

¡Maranatha! ¡Ven, Señor Jesús!

Amén.

Juan Manuel

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